martes, 30 de abril de 2019

DAVID MARTÍNEZ (Corrientes)


CANCION DEL PEQUEÑO OLVIDO
Cierro mi olvido
sobre una luna gris,
en un pueblo sin nombre, donde mi voz se apaga
para no encontrarla.

Solo viven mi espera
y una calle sin nadie.
No estoy más.
He ido lejos con el cansancio de mi cuerpo.
Hoy podría ser el día de mi primer llanto.
(Nunca sabré como fue el día de mi primer llanto,
como no sabré del primer día de mi ausencia.)
El tiempo se ha detenido en mí.
Puede disolverme la lluvia, amenazarme un relámpago
próximo a caer sobre mi sien.
¿Adónde he ido? ¿Por qué me tiran palomas de las venas
y me cubren herrumbres y raices que echan un agua
extraña?

Lo más exacto es que esté enterrado
con un manoverandá de pájaros
con treinta y dos años en la voz
y una fotografía caída del recuerdo.
Canta, Yeruti:
Él se perdió a orillas de un pueblito lejano.
Guardadle sobre unos cabellos mustios.
Si queréis, entre dos guitarras sin cuerda.

EL CERCADO DE BRILLO
Azul de tardes,
fuegos,
de invocaciones
conmigo vienen,
vuelven,
en bogar de canoas
por estos lagunares.
¡Riacho Rincón!
Desnudo
junto totoras, juncos....

Sientan mi mano en paz que mece el agua,
peina brillos....
Y Dios mira,
la virgen canta
¡en Caá-Catí!

ANTE UN MÍNIMO YACER
Tendida
sobre la hierba, estaba.
Instintivamente
la coloqué en mi mano.
Noté, que era el hueco de una forma
sin peso, y no su movimiento,
lo que acaso insensible, sostenía.
Un vago indicio de culpa
me obsedió como si hubiese cortado
súbitamente hasta paralizar
la libertad brillante de esas alas
latientes todavía
bajo el sol de la tarde.
Y todos mis sentidos
cesaron allí
junto al yacer de esa mínima abeja
inmutable en su eternidad,
pero inclinada aún
al centro radiante de la vida.

ARDE UN ROSTRO, DESDE LO SOMBRÍO
Anudado al latir que enciende la palabra,
como una gran cima donde la luz empieza su triunfo,
todavía me llaman las manos de la tierra en su temblor
de raíces,
junto a las quietas sílabas de las nubes
que desandan lo inmenso.
La fruta del mundo
penetra mi corazón, y canto.
Canto el fuego cercano de los árboles de oro
mojado por la luz de la mañana
en el lejano regocijo de su horizonte de antorchas.

Oh Dios, me diste un gran día para mirar tus
maravillas.
Más allá de las máscaras que enceguecen al hombre,
despierto en mi edad de soles, de pájaros
que son párpados, semillas,
toca la piedra que no cambia, me pierdo
sobrevivido en la larga sumisión de la distancia
para buscar la libertad que incendia tu mano hacedora.
Ahora que voy a cesar
y sé como llamarte:
La Mirada que no cierra
y me recoge.

BLANCO DE ETERNIDAD
Ciega en tu espejo
mis pasos oyes
toda la tarde en lluvia
en sol
que traigo a tu descanso.
Y miras, oh mi indolida
mi todajunta
ahora que toca esta mojada mano
la caja de tu mudez,
la sombra de tu hijo
regresado al espacio que te cuida
naciendo cada día.

David Martínez (Corrientes 1921- 1993). Poeta, ensayista, periodista, crítico literario y escritor. Nació en Caá Catí. Desde 1938 vivió en Buenos Aires.
Presidente de la SADE Corrientes (1966). Primer antólogo de los poetas de la Generación del 40.
Publicó: Ribera Sola (1945); La tierra apasionada (1955); Órbita del amor (1959), Faja de Honor de la SADE; Dos elegías (1963); Ausente infinita (1965); Resplandor del olvido (Premio Municipal de poesía inédita 1961,; Canto a Gral. Paz (Poema 1967); El Exilio en el mundo (1969), Primer Premio Municipal de Poesía y Medalla de Oro del Gobernador de Corrientes Adolfo Navajas Artaza; Vida situada (Antología Poética. 1970); Penúltima estación (1974), Pluma de plata del PEN club Internacional y Mención Especial Premio Nacional de Literatura; Enrique Banchs, Poeta del sentimiento humano (Ensayo y antología). Segundo Premio Municipal de Crítica y Ensayo, 1975; Siete Poemas inéditos (Madrid -1976); Soles y laderas (Premio Dodero de la Fundación argentina para la poesía, 1980); La tierra que fue mía (Antología Temática Esencial. Edic. De la Municipalidad de Corrientes, 1982); Canto a Caá Catí (1985; 2ª edición, Buenos Aires 1986, con epílogos de Jorge Calvetti, Horacio Castillo y León Benarós); El Conterrado (Edit. Losada, 1986). Premio "Guaraní" 1985, instituido por el Gobierno de la Provincia de Corrientes. Gente de Letras, " en mérito a la encuesta Nacional realizada por decisión del jurado interviniente" le concedió el Premio Esteban Echeverría del año 1986, en el género de poesía. Poesía de Corrientes (Edit. Plus Ultra 1986).