PÁLIDO DOLOR
Mi pálido dolor
cae una vez más
por la grieta de la noche
desierta y ronca.
Así, mientras destejo
el último hilván de la espera
en este húmedo hueco,
aterciopelados sueños
cosquillean mis entrañas.
Soy una pared herida,
un árbol sin estridencias,
un rugoso pétalo
sin fragancias.
Recostada
sobre el áspero césped
estaré contando
las gotas de rocío
hasta que vuelvas
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