martes, 25 de diciembre de 2018

MÓNICA FORNERO (Villa María, Córdoba)

 
MÓNICA FORNERO (Villa María, Córdoba)


PIES DE BARRO

Sueño secreto,
pies de barro.
No juegas.
          No cantas.
             Maldices tus horas
                hundidas en aquel barrio.

Miedo circuncidando el futuro
de los niños de pies de barro.

Sueño inalcanzable
    Jugar, cantar, crecer, sin pies de barro.

  Sueño secreto,
  salir volando,
 mirar de arriba como los pájaros.

Dadiva diaria, que no alcanza
 para tapar los pies de barro.

Secreto oculto
a la mirada de los extraños.
Esos que no saben
                     que tengo los pies de barro.


TACONES

Soledad que huele a olvidos,
                     igual que los tacones
                          de antaño,
que quedaron al descuido
 una noche de apuros,
junto a una cama,
                         que le era extraña.


Soledad que huele olvidos,
Huyendo
            de esos brazos
que amortajaban su esperanza.


Tacones que horadaban
                                el silencio,
en el calvario de
                      tantas madrugadas.


Soledad que huele a olvidos,
del dolor
transpirado en las entrañas.


Tacones que jugaron
                  a ser olvido una mañana.


Soledad que huele a olvidos,
                  a tierra húmeda que te abriga
                  ahora que la muerte
                                                te acompaña.



Imagen difusa,
 voy perdiendo tus contornos,
                                       necesidades,
                                           incorpóreas, aquietadas, latentes.

Me duele lo futuro,
                lo incierto del camino
                que he de recorrer
                       hasta que el olvido
                                       se haga carne,
                                            y se mimetice…,
                                                 se sincretice…  con mis huesos.


LA PALABRA

Guardo entre la opulencia
carencias escondidas.
Guardo entre lo deleznable
las fuentes milagrosas.
Soy el medio para llegar
al otro amanecer.
Soy la espada roma
 que te lastima sin herir.
 Soy la que abre surcos
 en la ignorancia más cruel.
Soy,  mal que pese,
 el más grande poder.
Soy la revolución etérea,
la mano extendida
en medio de tantas guerras.


VACIO

Recorro las huellas de mis ancestros
                              y busco en los días tornasolados de la historia
la hosquedad de los años
                             en los vientres lacerados que se arrastran.

Lágrimas, desgarrados matices
                             de las innumerables insanas guerras.
Busco un resquicio de cordura,
                              un rumor de voces que canten
esperando el alba del sosiego.


PASIÓN

Arpegio de guitarras,
         musicalidad de cuerpos.
         Danza intrépida
en el mar de los sueños.

Rondando con la bruma
          una estrechez de manos
         que bajan y se encuentran
en el puente carnal.

Las bocas se agigantan,
             la humedad desborda.
              Soy tierra que se agita.
bajo el abundante riego.

La piel rejuvenece en
                   palpitante ensamble.
                   Y enarbola tu verbo
y  también mi sustantivo.

Imaginación posesa
           de represas que se abren,
            sucumbiendo ambos
al ritmo inagotable, al cántaro lleno.

Serenata plañidera
           de avanzada noche
           donde se mezclan y funden
nuestros dos océanos.

Los labios dos mojones
           que enmarcan  las colinas.
            Mi lecho seco se inunda
con ríos de ternura. 

  Y  en la pampa de los vientres.
     bien al sur… el paraíso.                                                     


AMANTES

Cascabeles de pasión
tus manos y mi piel.
Dejándonos subyugar
 casi… enajenados.
Sucumbimos a Eros
cada vez que nos convoca.
Me exploras y te dejo.
Te reconozco y me lo pides.
Pieles sedientas de encontrarse
en los nimbos anochecidos
o en la plenitud de las auroras.
Exaltación de otoño que desborda
cántaros de miel madura.
Sabes mis secretos
 y los abres
como en primavera
 la flor primera.
Péndulo dormido que oscila,
 tiempo que acaba…
siempre cómplice
en deleitosa tibia humedad…
Suspiros agradecidos
de vaciar tu numen,
y transitarnos de ansias desde el deseo.
Soy mar surcado por tormentas.
Eres temporal pidiendo que te domine.
Complemento, dejándose a cada instante
 avasallar por el holocausto de las caricias.

Mónica Fornero (1956), nació en Carrilobo, Provincia de Córdoba. es Técnica Superior en Comunicación Social. Comienza a escribir poesía en la década del 80, en la actualidad se dedica sobre todo a la narrativa. En este género obtiene un primer premio, en el Concurso AMMA de La Carlota 2014. Además de Menciones Especiales y de Honor, en Concursos nacionales e internacionales. Sus trabajos en los dos géneros, han sido seleccionados en varias oportunidades y editados en Antologías colectivas de Editorial Dunken y Editorial Mis Escritos. Ha editado dos libros  “De poetas y de locas”, (poesía y narrativa 2014) en coautoría con la escritora Mary Amaya e Historias demoradas (cuentos y microrrelatos, 2018). Ha participado en las antologías editadas por SADE V. María desde el 2010 a la fecha. Preside actualmente la  Sociedad Argentina de Escritores, filial Villa María. Periodo 2017-2020

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