jueves, 28 de abril de 2016

JORGE FIGUEROA (Santiago del Estero)



en horas cortadas
ojos escapan al mar
sangran celestes
el fatídico encuentro

y no caben en la lluvia
todas las astillas de la noche.




ella sabía del arco iris
le hablaba de los siete mares
él la invitaba a ver los trenes
le regalaba barriletes

ella sabía del sol y las manzanas
de los caminos que llevan a roma
él odiaba las jaulas
los árboles secos

la noche de sueños desnudos
los juntó
con gritos de diamantes




te vi en Ohio
mirando las tiendas de verdura
con ojos de canapé
taiwán quedaba tan lejos

por un segundo me detuve
mirando los dragoncitos rojos
sonaba penny lane
entre hamburguesas completas

sentía todo
nada entendía
camisas amarillas y un cigarro fuerte
se comían el tiempo en mis dedos




en tierra firme
luego del silencio
las tardes son labios cobardes
dentro de uno mismo

falso sueño derrotado

hay una mujer filosa
en cada madrugada
en cada jardín




un viento finito
cruza las calles vacías
trae historias
        de luna y peces
        de pan y luz

es una espiga sin compás
                      sin tiempo             
                 sin sombra

va por las rendijas del día
     por las cúpulas y tejados
            de un mundo que llora locura

un viento sin ataúd
                  sin fusil
                  sin flores

afinen bien los oídos
por los ojos de la memoria

está llegando un vientito 


Jorge E. Figueroa (Santiago del Estero, 1956) es un poeta y cantautor santiagueño que vive en Buenos Aires desde hace varios años. Apasionado cultor de la poesía y la música es un viajero incansable pero, a pesar de su exilio, sigue ligado a su tierra de manera permanente. Entre sus libros podemos mencionar Ruidos pasajeros (Buenos Aires, 2006) y Silencio abierto (Macedonia, 2008) Los textos que integran esta nota fueron seleccionados de su libro Silencio abierto.       


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