miércoles, 31 de octubre de 2018

DÉBORA BENACOT (Mendoza)

DÉBORA BENACOT (Mendoza)



DÉBORA BENACOT (Mendoza)

Pendiente
En esta casa
crece la ausencia
su llanto
tejido de retazos
noche a noche

en la araña
el cristal
boya en suspenso
desde el cielorraso

todo es así de triste
y desolado
como plaza inundada
y sin columpios.

Diana Liviana
Te conozco, cascarita

sos la etérea soberana inapetente
la domadora de endebles voluntades
mamacita piernasflacas
ejemplo de masas por las masas que no ingieres
y los meses que sostienes cada rollo a raya.

¿Ser o no Ser?
He aquí el dilema del yogur insulso
No sólo serlo, sino padecerlo.
Sólo los fuertes pasan de largo
el costo del suplicio
y entrenan su hambre con ahínco.

Un séquito de ninfas fofas, resentidas,
besa los cortos gramos que tu cuerpo pesa.
Te aclaman, te envidian, te odian, por bella.

Te conozco, cascarita
de tan leve
tan frágil
tan amarga y magra
tan sutil
toda oquedad y angustia.

No te tragues esas lágrimas,
que engordan.

Reptil en la pecera
Perder la compostura
             la gracia
             los anillos

y gatear la noche

así de descompuesta
así, tan desgraciada

con la mano desnuda
buceando la penumbra.

Saber que no hay antídoto
                                opción rebobinar
                                ni tregua.

Quedarse bien descalza
tan muda en la mudanza
indigna de perdón

así, culpable.

Uno cambia de piel.
Raras veces, de mañas. 

El pájaro espino
sabe
que un solo canto
vale la pena
si se nos vuelca
en él
toda la sangre.

Hay un niño en el country
«A esta hora, exactamente, hay un niño en la calle».
A. Tejada Gómez
Hay un niño en el country
que no sabe lo que es tomarse un micro
que jamás probó el frío ni el hambre
y por eso le cuesta entenderlos
que va al cine 3D los domingos
y seguido a la granja del viejo Mc Donalds
que tendrá todo el tiempo cajitas felices
sonrientes cajitas en los bancos de papi.

Un inocente niño
que asiste a colegios trilingües
y juega desde siempre al rugby.

Un niño acostumbrado
a hartarse de juguetes
acostumbrado
a que la madre de otros niños
deje a los suyos
para limpiar su casa y cuidarlo.

Esta noche
como tantas otras
habrá un niño durmiendo en el country

tras barreras
alarmas
controles

un niño en su sommier
con su piyamita de marca
o descalzo en el parqué
de la ignorancia de que afuera
más allá de ese ecosistema inflable
está la vida salvaje.

A esta hora exacta
hay cientos de niños
creciendo en un country.

También esos preocupan, Armando

sobre todo algunos
que crecen
se asocian
legislan
estafan.

 Candywoman
Si digo mi nombre
en voz alta
tres veces
frente a un espejo
casi seguro
aparezco. 

Piedra
Me pregunto si la carne se entrega sin más o se resiste
y en ese caso, cuánto tarda la piel
en darse por vencida

si duele más al fin o en el principio
si el alma aniquila su latir
o sostiene tenaz alguna esperanza inútil

si las llagas alcanzan a tajear las ideas
si la tela que cubre ese cuerpo
también era culpable

cuánto puede un organismo jugar esta payana
antes de desangrarse por completo

quién designa la cohorte de verdugos
cómo orquestan la secuencia de cada lanzamiento

si odio y honor
no estarán hechos, acaso, de la misma sustancia

me intriga conocer la forma apropiada de la piedra
y sobre todo
quién habrá sido ese ser tan puro
que tuvo el descaro de tomar la primera
y arrojarla.

Los hospitales y los aeropuertos se parecen
Hay quien llega

quien espera

quien llora

quien se va

quien huye


gente reunida

en la bienvenida

y otros muy juntos

para despedirse


manos que insisten

en muecas de adiós

ojos de vidrio

empañados

labios que rezan

un mantra protector

para el que parte


hormigueo constante

en los pasillos

preguntas

destinos

carteles

arrivals / departures

Los hospitales y los aeropuertos se parecen

tanto que se infiere

que todos tenemos un asiento reservado

en ese único vuelo

y estamos mortalmente enfermos

de lo mismo.

Los hospitales y los aeropuertos se parecen

demasiado.

mensa viruso
El juego es que no pienses en el juego
el poema es que no hables del poema

pero ahí estás de nuevo
pensando y escribiendo
jugás a resbalarte en las palabras
partís en dos la lengua
soplás más fuerte en mitad del incendio

¿no hacemos eso siempre?
ratón en la ruedita
corriendo hacia la nada
con la tenacidad de un niño
que cuenta en la playa
los granos de la arena.

El juego es que no pienses, no escribas
el juego es que no hables del poema

el poema es que entiendas el silencio
el poema es que no escribas el poema

no has llegado
ni llegarás
ni siquiera podrás asomarte

la victoria no sabe tu nombre

otra vez has perdido. 

Consuelo de tontos
Un poema no cambia el mundo
ni anuda el hambre
ni aplaca guerras
y sin embargo
en el lugar y momento indicados
tal vez pueda ser
una tregua de palabras
embrague de los mundos
cierta especie de alimento.

Débora Benacot nació en Mendoza, en 1976. Publicó los poemarios Ácaros al sol (Fundíbulo Ediciones, 2011) y Pirsin (Ediciones Culturales de Mendoza, 2012). En narrativa breve, Con la literatura no se juega (junto a integrantes de la Cofradía del Cuento Corto, Macedonia Ediciones, 2012) y Escrito en un grano de arroz (Fundíbulo Ediciones, 2014). Participó en ciclos literarios  y programas de radio. Sus textos han sido incluidos en antologías locales, nacionales e internacionales, como así también en diversos diarios y revistas del medio. Desde el 2011, coordina el proyecto editorial Fundíbulo Ediciones. 

Datos obtenidos de las siguientes páginas Web
II Festival Internacional de Poesía de Mendoza 2014
Fundación alambique para la poesía


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