DÉBORA BENACOT (Mendoza)
DÉBORA BENACOT (Mendoza)
Pendiente
En esta casa
crece la ausencia
su llanto
tejido de retazos
noche a noche
en la araña
el cristal
boya en suspenso
desde el cielorraso
todo es así de triste
y desolado
como plaza inundada
y sin columpios.
Diana Liviana
Te conozco, cascarita
sos la etérea soberana inapetente
la domadora de endebles voluntades
mamacita piernasflacas
ejemplo de masas por las masas que no ingieres
y los meses que sostienes cada rollo a raya.
¿Ser o no Ser?
He aquí el dilema del yogur insulso
No sólo serlo, sino padecerlo.
Sólo los fuertes pasan de largo
el costo del suplicio
y entrenan su hambre con ahínco.
Un séquito de ninfas fofas, resentidas,
besa los cortos gramos que tu cuerpo pesa.
Te aclaman, te envidian, te odian, por bella.
Te conozco, cascarita
de tan leve
tan frágil
tan amarga y magra
tan sutil
toda oquedad y angustia.
No te tragues esas lágrimas,
que engordan.
Reptil en la pecera
Perder la compostura
la gracia
los
anillos
y gatear la noche
así de descompuesta
así, tan desgraciada
con la mano desnuda
buceando la penumbra.
Saber que no hay antídoto
opción
rebobinar
ni tregua.
Quedarse bien descalza
tan muda en la mudanza
indigna de perdón
así, culpable.
Uno cambia de piel.
Raras veces, de mañas.
El pájaro espino
sabe
que un solo canto
vale la pena
si se nos vuelca
en él
toda la sangre.
Hay un niño en el
country
«A esta hora, exactamente, hay un niño
en la calle».
A. Tejada Gómez
Hay un niño en el country
que no sabe lo que es tomarse un micro
que jamás probó el frío ni el hambre
y por eso le cuesta entenderlos
que va al cine 3D los domingos
y seguido a la granja del viejo Mc Donalds
que tendrá todo el tiempo cajitas felices
sonrientes cajitas en los bancos de papi.
Un inocente niño
que asiste a colegios trilingües
y juega desde siempre al rugby.
Un niño acostumbrado
a hartarse de juguetes
acostumbrado
a que la madre de otros niños
deje a los suyos
para limpiar su casa y cuidarlo.
Esta noche
como tantas otras
habrá un niño durmiendo en el country
tras barreras
alarmas
controles
un niño en su sommier
con su piyamita de marca
o descalzo en el parqué
de la ignorancia de que afuera
más allá de ese ecosistema inflable
está la vida salvaje.
A esta hora exacta
hay cientos de niños
creciendo en un country.
También esos preocupan, Armando
sobre todo algunos
que crecen
se asocian
legislan
estafan.
Candywoman
Si digo mi nombre
en voz alta
tres veces
frente a un espejo
casi seguro
aparezco.
Piedra
Me pregunto si la carne se entrega sin más o se resiste
y en ese caso, cuánto tarda la piel
en darse por vencida
si duele más al fin o en el principio
si el alma aniquila su latir
o sostiene tenaz alguna esperanza inútil
si las llagas alcanzan a tajear las ideas
si la tela que cubre ese cuerpo
también era culpable
cuánto puede un organismo jugar esta payana
antes de desangrarse por completo
quién designa la cohorte de verdugos
cómo orquestan la secuencia de cada lanzamiento
si odio y honor
no estarán hechos, acaso, de la misma sustancia
me intriga conocer la forma apropiada de la piedra
y sobre todo
quién habrá sido ese ser tan puro
que tuvo el descaro de tomar la primera
y arrojarla.
Los hospitales y los
aeropuertos se parecen
Hay quien llega
quien espera
quien llora
quien se va
quien huye
gente reunida
en la bienvenida
y otros muy juntos
para despedirse
manos que insisten
en muecas de adiós
ojos de vidrio
empañados
labios que rezan
un mantra protector
para el que parte
hormigueo constante
en los pasillos
preguntas
destinos
carteles
arrivals / departures
Los hospitales y los aeropuertos se parecen
tanto que se infiere
que todos tenemos un asiento reservado
en ese único vuelo
y estamos mortalmente enfermos
de lo mismo.
Los hospitales y los aeropuertos se parecen
demasiado.
mensa viruso
El juego es que no pienses en el juego
el poema es que no hables del poema
pero ahí estás de nuevo
pensando y escribiendo
jugás a resbalarte en las palabras
partís en dos la lengua
soplás más fuerte en mitad del incendio
¿no hacemos eso siempre?
ratón en la ruedita
corriendo hacia la nada
con la tenacidad de un niño
que cuenta en la playa
los granos de la arena.
El juego es que no pienses, no escribas
el juego es que no hables del poema
el poema es que entiendas el silencio
el poema es que no escribas el poema
no has llegado
ni llegarás
ni siquiera podrás asomarte
la victoria no sabe tu nombre
otra vez has perdido.
Consuelo de tontos
Un poema no cambia el mundo
ni anuda el hambre
ni aplaca guerras
y sin embargo
en el lugar y momento indicados
tal vez pueda ser
una tregua de palabras
embrague de los mundos
cierta especie de alimento.
Débora Benacot nació en Mendoza, en 1976. Publicó los
poemarios Ácaros al sol (Fundíbulo Ediciones, 2011) y Pirsin (Ediciones
Culturales de Mendoza, 2012). En narrativa breve, Con la literatura no se juega
(junto a integrantes de la Cofradía del Cuento Corto, Macedonia Ediciones,
2012) y Escrito en un grano de arroz (Fundíbulo Ediciones, 2014). Participó en
ciclos literarios y programas de radio.
Sus textos han sido incluidos en antologías locales, nacionales e
internacionales, como así también en diversos diarios y revistas del medio.
Desde el 2011, coordina el proyecto editorial Fundíbulo Ediciones.
Datos obtenidos de las
siguientes páginas Web
EL DESAGUADERO http://eldesaguaderorevista.blogspot.com/2011/10/el-reportaje-haiku-debora-benacot.html
II Festival Internacional de
Poesía de Mendoza 2014
Fundación alambique para la
poesía
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